El término "YOGA" es una palabra que proviene del
sánscrito (antiguo idioma de la India) y significa literalmente
"unión". Pero, qué es lo que intenta unir?
Podemos afirmar que el hombre como ser tiene un cuerpo
físico, una mente y sentimientos. Estos tres planos generalmente están
desvinculados entre sí y en constante conflicto. Uno piensa una cosa, siente
otra y termina haciendo algo totalmente distinto a lo que sentía o creía.
Por ello nuestro cuerpo se manifiesta de diferentes formas;
el cuerpo físico, a través de patologías, dolencias, enfermedades, por
ejemplo; la mente, a través de la
inseguridad, incertidumbre, vacilación, no se tiene claridad a la hora de tomar
decisiones o siempre se está dudando de todo; y por último, pero no menos
importante, las emociones y sentimientos, cuando fluctúan de un momento a otro
y muchas veces no tenemos definido que es lo que sentimos.
Un claro ejemplo para visualizar mejor lo antedicho sería
cuando muchas veces estamos trabajando. Nuestro cuerpo está en cierto lugar
físico, pero la realidad es que sentimos abatimiento, aburrimiento y queremos
salir corriendo de allí, mientas nuestra mente está pensando que es lo que va a
hacer cuando llegue, que va a cocinar, etc.
Esto sin dudas genera un conflicto interno. El YOGA ayuda al
practicante a lograr un equilibrio entre lo que uno piensa, siente y quiere.
Está claro que cada ser humano busca la felicidad tratando de huir del dolor,
pero no hay nadie que nos enseñe como hacerlo. Por lo tanto, depende de cada
uno de nosotros encontrar la felicidad. Cuando hablo de felicidad no me refiero
a esos pequeños e intensos momentos que disfrutamos compartiendo con nuestros
seres queridos o cuando nos dan una sorpresa inesperada o un aumento de
salario, me refiero a la verdadera felicidad no a la que satisface nuestros
deseos momentáneamente y siempre dependiendo de factores externos. Al igual que
cuando vertemos grasa sobre el fuego, estimula más a éste, pero por un instante
solamente, luego la llama disminuye considerablemente. Esto nos muestra que no
podemos esperar verdadera y continua felicidad de objetos que están
condicionados en el tiempo porque todos son perecederos.
Alejandra Berri.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página! Hasta pronto!